CIUDADES, INNOVACIÓN Y FUTURO. NUEVOS CAMINOS PARA EL DESARROLLO LOCAL

Conferencia dictada en el Consejo Consultivo de la Ciudad de Barquisimeto, sesión plenaria del viernes 16 de junio de 2016. Colegio de Abogados de Barquisimeto.       

(I)

En su clásico texto sobre las ciudades de la Edad Media, el historiador Henri Pirenne[i] advirtió que, “Por primitiva que sea, toda sociedad sedentaria manifiesta la necesidad de proporcionar a sus miembros centros de reunión o, si se quiere, lugares de encuentro. La celebración del culto, la existencia de mercados, las asambleas políticas y judiciales imponen necesariamente la designación de emplazamientos destinados a recibir a los hombres que quieran y deban participar en los mismos”. Lo que pudo ser en un principio un centro ocasional de reunión, en la Edad Media se convirtió en una Cite, como centro administrativo, religioso, político y económico de todo el territorio de la tribu, con una personalidad colectiva privilegiada. Y desde entonces, esa Cite no ha cesado en su crecimiento y cambio.

(II)

El largo trayecto desde la ciudad medieval como espacio de reunión y convivencia hasta hoy  no es lineal; al contrario, está lleno de saltos históricos. Uno de ellos se produjo con la Revolución Industrial y su impacto sobre la organización del trabajo y la definición de las zonas de vida. El desarrollo tecnológico de allí derivado, condujo a la conformación de conglomerados de actividades económicas basadas en la energía del subsuelo y marcó la fisonomía y formas de relaciones en las zonas urbanas del mundo. Esa evolución generó un mapa poblacional planetario en el cual el 50% de los habitantes vive en áreas urbanas y llegará al 70% en el 2050. En los países más desarrollados, esa proporción es hoy superior al 90%. Para enero de 2016 existían, según citipopulation[ii], 34 Mega-ciudades con más de 10 millones de habitantes, 79 ciudades entre 10-4 millones y 459 ciudades entre 1-4 millones. Es decir, 538 ciudades son mayores al millón de habitantes.

Esta ha sido la tendencia incesante hacia un patrón de espacios con población concentrada, las ciudades, en las cuales se continúan satisfaciendo las necesidades primitivas de encuentro del ser humano, pero bajo modelos de producción, distribución y consumo radicalmente diferentes.

Como todos sabemos, Venezuela se ha desarrollado en la órbita de la urbanización acelerada y ha acusado índices similares a los países desarrollados: el 90% de nuestra población es calificada urbana.

(III)

La Barquisimeto metropolitana de hoy ronda el millón trecientos mil habitantes, ocupando el lugar 419 de las 538 antes citadas. Continúa siendo el espacio sedentario para el encuentro de sus pobladores según la tradición medieval occidental; es también expresión de las relaciones económicas, laborales y sociales propias de la producción y distribución masiva. Pero, también, Barquisimeto es otra. Sobre aquéllas capas acumuladas por el tiempo, se han superpuesto nuevas relaciones, formas de vida y percepciones que aún no terminan de consolidarse y que, sobre todo, no logramos conocerlas en su justa dimensión. Existe, sin duda, la Barquisimeto tradicional, la del cuatro y el corrío, pero además se despliega a gran velocidad una ciudad con nuevos códigos, relacionamientos, expresiones urbanas, necesidades y, en consecuencia, demandas sociales. Y esta realidad requiere, forzosamente, formas diferentes de comprensión del fenómeno urbano, si queremos contribuir con el mejoramiento de la vida en esta ciudad.

En lo que continua, abordaré varios asuntos que contribuyen, por un lado, a la comprensión de la complejidad del fenómeno de las ciudades y, por el otro, al diseño de modelos de gestión adecuados a dicha complejidad.

(IV)

1er ASUNTO. INNOVACIÓN.

La palabra INNOVACIÓN está de moda. Todo queremos resolverlo con la Innovación (Así como en los sesenta y setenta queríamos resolver todos los problemas con la planificación).

Sin embargo no es un concepto nuevo. Joseph Schumpeter[iii], en 1942, la definió como “aquélla herramienta necesaria para la generación de valor. Un proceso de transformación económica, social y cultural que introduce nuevos bienes y servicios en el mercado, nuevos modelos de producción y transporte, creación de nuevos mercados, nuevas materias primas y cambios en la organización en los procesos de gestión”. No se trataba de una teoría de la Innovación. Era, más bien, una percepción de lo que los emprendedores hacían, siendo estos los encargados de revolucionar las formas de producción y vencer las resistencias a los cambios, puesto que las innovaciones, para que procuraran cambios, tenían que ser radicales; en consecuencia debían ser promovidas y no espontáneas. Esa era la tarea del empresario innovador. Setenta años después de haber sido formulada, emerge la innovación (y también el emprendimiento), como factor fundamental para producir cambios sustantivos en los sistemas complejos en el siglo XXI.

Así, se han formulado distintos conceptos de innovación tales como “el éxito de la explotación de nuevas ideas”, “cambio que introduce una novedad y cambia las cosas”, “lo que genera valor agregado y es revolucionario”. Las escuelas neoclásicas de la economía y la neoschumpetereana, terminaron imponiendo la siguiente idea- fundamental en el mundo de hoy-: “Para crecer a través de la innovación, es necesario convertirla en el centro de la estrategia empresarial”. No olvidemos esta idea.

(VI)

2° ASUNTO. LAS REVOLUCIONES TECNOLÓGICAS

Otra punto central en la reflexión que intento sugerir en esta conversación, es la de las revoluciones tecnológicas, su potencial innovador y los cambios de paradigmas. Para esta breve referencia, utilicé la mejor fuente que tenemos: los trabajos de Carlota Pérez[iv], venezolana, y una de las personas que con mayor claridad y propiedad ha investigado y escrito sobre el tema. Ella nos advierte que desde el inicio de la Revolución industrial se han sucedido cinco revoluciones tecnológicas, cada una de las cuales ha alterado el sistema productivo y, en consecuencia, las relaciones entre los factores que allí participan.

Muchos de nosotros (exceptuando varios jóvenes presentes en esta asamblea, lo cual celebro) nacimos y nos criamos bajo el paradigma de la producción en masa basada en el petróleo, el automóvil y las líneas de productos en serie; este se inició y desplegó a comienzos del siglo xx. Esa forma de vida y producción, comenzó a cambiar y darle paso a otra revolución tecnológica a comienzos de los años setenta: la época de la informática y las telecomunicaciones, paradigma que continúa comandando los cambios hasta el día de hoy. Este será desplazado en los próximos 20 años por otra lógica de organización social de producción.

Lo que nos advierte Carlota Pérez es que cada nuevo paradigma es más que un conjunto de nuevas tecnologías; es un estadio diferente en el cual surgen impulsores de crecimiento e imponen las formas de vida y relacionamientos de la sociedad. Transforma profundamente el aparato productivo y establece la dirección del Cambio. Lo que sabíamos en el paradigma anterior de poco o nada nos sirve.

El salto que se impuso desde los setenta, a diferencia del anterior basado en la Producción en Masa, nos ha conducido a lo que hoy se conoce como Producción Flexible. La misma se caracteriza por los siguientes elementos: a) la tecnología como valor; b) redes abiertas; c) la mejora continua; d) las organizaciones innovadoras; e) el capital humano; f) socios en redes de valor; g) estrategias flexibles; h) globalización de los procesos y i) mercados hipersegmentados. Este último factor es de particular importancia en el diseño de propuestas de desarrollo para las ciudades contemporáneas, a partir de los procesos de desarrollo económico local, tema sobre el cual hablaremos más adelante.

Como las revoluciones tecnológicas cambian, en promedio, cada 40-60 años, ya el planeta está transitando hacia el próximo paradigma en el cual las sociedades estarán dirigidas por la era de la biotecnología, la nanotecnología, la bioelectrónica y los materiales a medida. Pero mientras él se impone, estamos obligados a aprovechar las ventajas del actual paradigma, a la vez que tratar de visualizar los cambios que están llegando.

(VII)

3er ASUNTO. LAS CIUDADES METROPOLITANAS

Las también llamadas áreas metropolitanas han crecido en medio de la actual revolución tecnológica. Van de la mano.

Una ciudad como Barquisimeto, que a su vez  se estructura como un Área Metropolitana, es una sociedad compleja. En ella se desenvuelve un número diferenciado de actores estratégicos cuyos objetivos y propósitos no son necesariamente coincidentes. Sus acciones pueden conducir al veto cruzado de las decisiones, lo que produce dificultades para el mejor funcionamiento de la sociedad.

La dispersión propia de las grandes ciudades, cambia radicalmente los paisajes urbanos y conduce a nuevas lógicas de vida de la sociedad, generando complicados patrones de inclusión y exclusión. Esta dispersión posee fuerza propia y tiene su origen en tres factores: a) la aspiración humana por una vida suburbana b) la constante creación de políticas para la promoción de sitios de vida y c) el mercadeo creciente de la oferta de nuevos sitios de habitación, lo que supone una constante demanda de transporte, tierra urbana, uso de ecosistemas y de un cúmulo de recursos de oferta limitada o de difícil producción. Todo ello se inscribe en una amalgama de intereses de los actores individuales, generándose un intricado mapa de relaciones, coaliciones, redes, patrones y estilos de interacción. De allí se desprenden múltiples visiones sobre la metrópoli.

Esta nueva ciudad impone un patrón de vínculos laxos, no forzosos y con intercambios no programados. Los encuentros resultan  fortuitos, la información puede ser obtenida por casualidad y domina la incertidumbre en las interacciones. En esta ciudad fractal[v], se recrudecen las desigualdades, se incrementan las distancias territoriales y sociales, se genera un nuevo orden social de segregación espacial y se instala un medio amparado por el desconocimiento del vecino. Sin embargo, esta ciudad-metrópoli es una paradoja: representa el espacio con las mayores ventajas para invertir, producir, recrearse y residir; son “máquinas de crecimiento” bajo la lógica del mercado urbano y el aval de los gobiernos regionales y locales. La ciudad crece en medio de un permanente (e inevitable) conflicto social y espacial, con intereses superpuestos y problemas de segregación y desequilibrios.

A su vez, ella se expande abarcando un espacio mayor e incorporando de manera incesante nuevas unidades administrativas locales, con una progresiva separación de los usos de los suelos y su renta. Así, la ciudad se configura como “una red de redes de geometría variable”[vi].

Esta nueva estructura de ciudad exige el manejo de cuatro factores básicos: a) mecanismos de gobernabilidad democrática multinivel para el establecimiento de metas y comunes y los incentivos para la cooperación intercomunal voluntaria, b) la procura de mayores equilibrios de poder entre niveles de gobierno, c) medios para el conocimiento pertinente sobre el avance, naturaleza y comportamiento de la  dispersión y d) la construcción de un discurso público integrador, informado e intenso, sobre la dinámica de la ciudad y sus tendencias. En esa perspectiva, la gestión de la ciudad se enfrenta con una dura realidad que opone resistencia a la alteración de la naturaleza socio-institucional prevaleciente.

Esa es la paradoja. Las metrópolis representan un reto humano para el manejo de los sistemas complejos, desde la perspectiva de la defensa de la diversidad y los derechos humanos, pilares del desarrollo de las democracias contemporáneas. Es una paradoja que se compone, por un lado, de la construcción de una gobernabilidad social entendida como la existencia de un sistema inclusivo y representativo de toma de decisiones y, por el otro, la fragmentación de intereses preexistentes, tanto en las múltiples unidades administrativas creadas históricamente como en la vida económica, cultural, vecinal o cualquier expresión ciudadana dentro del espacio urbano. Este aspecto, particularmente, exige de los líderes locales y del funcionariado de los gobiernos municipales, una formación orientada al reconocimiento de los derechos y la diversidad. Es una destreza que no se exigía en etapas anteriores de la gestión local.

(VIII)

4° ASUNTO. EL DESARROLLO ECONÓMICO LOCAL

Como vimos, uno de los elementos constitutivos del nuevo paradigma son las formas de producción flexibles y la integración global de las mismas.  Este fenómeno se materializa en el territorio y las ciudades, que compiten por ofrecer y tener las mejores ventajas para adaptarse a este cambio. Antes se asumía que la producción y la tecnología solo pertenecían a ciertos centros mundiales que extraían toda la riqueza de las localidades más rezagadas.  Hoy, en las nuevas formas de producción, la gran firma, y la pequeña también, están obligadas a cambiar las modalidades de relacionamiento con las sociedades y economías locales, toda vez que en ellas también se está produciendo el conocimiento necesario para que la producción flexible, tal como se definió anteriormente, sea una realidad.

Por tal motivo, es necesaria la existencia de gobiernos locales fuertes, solventes y capacitados para entender la dinámica mundial y sus potencialidades para aprovechar ventajas competitivas; es una condición para conducir el cambio en un territorio determinado. Pero ello no es suficiente. Es indispensable la incorporación activa y consciente de todos aquéllos actores con capacidad de generar el conocimiento pertinente que altere el estado de postración de una sociedad e incorporar la innovación que introduzca al territorio en los procesos que orientan la producción de la riqueza global.

Esta manera de hacer las cosas en los territorios competitivos es lo que se denomina Desarrollo Económico Local. Es una nueva mirada al desarrollo de una localidad, donde se impone la innovación y la producción de conocimientos pertinentes a partir de diseños institucionales que facilitan y aúpan la integración de los actores del territorio. Hablamos de los empresarios, de las universidades, de las organizaciones sociales y de los emprendedores con su tendencia a la innovación.

Antes habíamos señalado como la hipersegmentación de los mercados en el actual paradigma de la producción flexible, representaba una de las oportunidades para promover un nuevo tipo de desarrollo en las ciudades. Efectivamente, una de las tareas primordiales de los grupos que se dedican a promover procesos de desarrollo económico local, es la de detectar y evaluar las cadenas productivas de valor en el territorio  y las potenciales relaciones que pudieran establecerse con los múltiples mercados en el planeta. Ya no se trata de como los productos locales pueden entrar en un determinado mercado nacional a través de las gestiones que realiza el poder nacional; no. Se trata de como los gobiernos locales y los productores pueden establecer relaciones comerciales directas con otras localidades, aprovechando la ventaja de las nuevas tecnologías, con lo cual es posible lograr diseños de productos adaptados a las exigencias de consumidores ubicados a grandes distancias. Nada de esto era posible en el paradigma tecnológico anterior.

Muchas y variadas son las experiencias que han ido apareciendo asociadas a esta tendencia de desarrollo territorial. Cito algunas.

En 1984 (casi al comienzo del nuevo paradigma de producción), se creó el GREMI, Grupo Europeo de Investigación para el Entorno Innovador. Su propósito ha sido auspiciar trabajos para comprender procesos, prácticas y políticas que permitan proponer formas de acción locales para la difusión de la innovación tecnológica.

Más recientemente, en el año 2009, se creó la Corporación Ruta N. La misma es una entidad pública  integrada por la Alcaldía de Medellín, UNE Telco, empresa de telecomunicaciones colombiana y EPM, empresas públicas de Medellín. El propósito fundamental es consolidar la economía del conocimiento para crear condiciones que favorezcan los negocios y el emprendimiento. Es decir, se pensó como un Centro de Innovación y Negocios. Ruta N es una muestra de lo que es una Agencia de desarrollo local.

En tercer lugar cito la experiencia del Foro Mundial de Desarrollo Económico Mundial[vii], en el cual participan Agencias de Desarrollo Local,  alcaldes, universidades, empresarios locales, empresas y centros productores de conocimiento de todo el mundo. Allí se comparten y difunden los últimos conocimientos y experiencias en la materia que les ocupa, tanto para el desarrollo de los territorios como de las ciudades.

Existe también el Foro permanente de Agencias de Desarrollo Local, creado en el 2012. Tiene sede en Andalucía y funciona con el apoyo de la UE y el PNUD.

Observando estas experiencias, pareciera conveniente que Barquisimeto tuviera su Agencia de Desarrollo Económico Local, lo que facilitaría el anclaje con los foros mundiales.

El año pasado se llevó a cabo el Congreso Mundial de Ciudades Inteligentes en Barcelona. Es otra iniciativa que ofrece una nueva entrada a la gestión de las ciudades. Su slogan es “Juntarnos para la Innovación Urbana”.

Y, finalmente, otra experiencia digna de mencionar es la Comunidad de Prácticas para la Innovación en la Ciudades del Banco Mundial. Su nombre habla por sí solo.

Como vemos, son nuevas instituciones y espacios de encuentro en los cuales se está reflexionando sobre el futuro de las ciudades en el planeta. Expresan una dinámica global cargada de expectativas e interrogantes sobre cómo enfrentar los complejos problemas inherentes a los espacios urbanos en el mundo.

 

 

(IX)

5° ASUNTO. MODELOS DE GESTIÓN DE CIUDADES PARA INTEGRAR LOS ASUNTOS ANTERIORES

Las ciudades están en profunda transformación. Van al ritmo del cambio planetario, de sus formas de producción predominantes y de las cada vez más estrechas interconexiones globales, lo que supone grandes oportunidades. También van mostrando su lado “malo”: la degradación de zonas de la ciudad y del ambiente, la pobreza en determinados sectores, la fragmentación y segregación urbana, la violencia y el deterioro o escasez de los servicios. Todo esto sucede a los ojos de los gobiernos locales y de la sociedad allí asentada sin que, muchas veces, no puedan hacer nada al respecto. O, tal vez, no se lo proponen. O, quizá, se plantean las soluciones de manera equivocada.

Las ciudades enfrentan un problema de sostenibilidad, en medio de una dramática realidad de recursos escasos para gestionarlas. Para enfrentarlo, ha surgido un conjunto de propuestas asociadas a la procura de soluciones para las ciudades: Smart Citi, Green Citi, E-administration, Ciudad transparente. Son tantas ofertas que no sabemos por dónde comenzar y si debemos aplicar las nuevas modas.

No es fácil gobernar la ciudad y su complejidad en medio de ese entorno. Pero algo hay que hacer. Algunas líneas para la reflexión y discusión en este sentido son las siguientes[viii]:

  1. Debe existir un proyecto de ciudad pensado y con la fuerza suficiente como para encauzarla por un rumbo distinto al que no deseamos. Ese proyecto debe, forzosamente, plantearse retos fundamentales en tres planos:

-Es necesario enfrentar la des-integración y segregación social de la ciudad. Es decir, hay que crear proyectos explícitos de cohesión e integración urbana y social, con profunda raíz democrática.

-Hay que subirse al tren de la competitividad económica. Promover un proyecto con centro en la producción de riqueza, con base en las tecnologías que nos ofrece el actual paradigma y los emprendedores que promueven el cambio.

-Es indispensable asumir la sostenibilidad de los recursos naturales y del ambiente donde vivimos.

No son éstas líneas de estrategias aisladas. Son factores integrados que deben condicionar todas las acciones que promovamos para el mejoramiento de la ciudad.

  1. Ese proyecto debe sustentarse en dos principios fundamentales:
  2. La innovación como motor del cambio, aplicable a todos los planos de la acción de la ciudad: social, productiva, de servicios, educativa, cultural, científica.
  3. Una nueva institucionalidad para gobernar la ciudad. Los gobiernos municipales anclados en el paradigma burocrático y encerrado en su propia lógica, no podrán liderar y menos conducir el cambio que reclaman las ciudades. Un nuevo liderazgo, con equipos innovadores, flexibles, capaces de generar conocimiento, aliados con todas las organizaciones que también producen conocimiento, es el norte de los nuevos gobiernos locales.

Con retos claros y principios integrados, todas las demás acciones deberán estar al servicio de ellos. Toda acción en materia educativa, de programas sociales, de economía, de infraestructura o de planificación urbana, no serán sostenibles si no responden a los criterios antes señalados.

(X)

Como se podrá concluir, sin nuevo conocimiento sobre el funcionamiento de la ciudad, no hay cambio posible. Sin el concurso de todos los que generan conocimientos, estén dentro o fuera de la ciudad, en el país o fuera de él, esta se mantendrá funcionando bajo patrones convencionales y seguirá siendo pensada a partir de ideas desfasadas propias del  paradigma de producción en masa, superadas por las nuevas dinámicas sociales, productivas y tecnológicas. La invitación es a alterar las estructuras rígidas que a veces tenemos sobre cómo abordar el desarrollo de la ciudad; ellas nos conducen, casi siempre, al diseño de organizaciones poco adaptables y de bajo nivel de absorción de las nuevas ideas que se requieren para promover mejores formas de vida en el medio urbano y, en general, en el territorio. Sobre todo, se trata de introducir aquéllas innovaciones que nos pueden ayudar a la producción de riqueza local lo que, a su vez, garantiza mayor acceso a ingresos y mejores servicios para la ciudadanía.

(X)

Culmino mi intervención con una breve historia.

La Isla de Arranmore, en el condado de Donegal en Irlanda, ha venido disminuyendo en población. Tenía 600 habitantes en 1990 y en 2006 llegó a 528. Tiende a desaparecer como sociedad. Muchos se han ido. Muchos no quieren volver.

Shyrley Gallagher, una brillante química con un puesto de dirección en una empresa, decidió abandonar todo y volver a su Isla natal. Se planteó una nueva misión en la vida: Velar por el futuro de Arranmore.

En medio de aquélla adversidad, ha identificado los principales sectores que podrían dar trabajo en la Isla: la construcción de aislamiento térmico; nuevas formas de pesca y formas alternativas de turismo como, por ejemplo, un parque eólico.

Shyrley se ha caminado toda la Isla animando a los pocos vecinos y ha entrado en contacto con una red de islas europeas con problemas similares. Ella está dispuesta a salvar a su lugar natal.

Cuando leí esa historia pensé con admiración en este Consejo de la Ciudad de Barquisimeto.

Muchas gracias.

 

[i] El historiador Henri Pirenne es considerado el renovador de los estudios sobre la Edad Media. Ver su libro “Las ciudades de la edad media”, Alianza Editorial, Madrid.1972.

[ii] Citi Population. http://www.citypopulation.de/world/Agglomerations.html

[iii] El economista austríaco Joseph Schumpeter destacó la importancia vital del empresario y el papel de la innovación en el capitalismo, popularizando el término “destrucción creativa” como el proceso que acompaña a las innovaciones. Schumpeter lanzó la hipótesis de que el capitalismo, precisamente por su éxito producto de la innovación, se desintegraría. Ver “Capitalismo, socialismo y democracia”,ed. Orbis, Barcelona, 1983.

[iv] Carlota Pérez es una investigadora especializada en el impacto social y económico del cambio tecnológico y las condiciones históricas para el cambio, crecimiento, desarrollo y competitividad. Ver sus trabajos en  www.carlotaperez.org

[v] La idea de Ciudad fractal (Fractal City), es utilizada desde hace casi dos décadas, en alusión a la forma fragmentada que va adquiriendo la metrópoli en su constante crecimiento. Ver, por ejemplo: E. Soja (2000). “Postmetropolis: critical studies of cities and regions”, Blackwell Publisher, USA, citado por Arturo Orellana: “La gobernabilidad metropolitana de Santiago: la dispar relación de poder de los municipios”, revista Eure, n° 104, abril 2009, pp. 101-120.

 

[vi] Concepto utilizado por Oriol Ne-lo en “Las grandes ciudades en Europa y América Latina: dinámicas, retos y gobernación”, en “El desafío de las Áreas Metropolitanas en un mundo globalizado. Una mirada a Europa  América Latina”, Actas del Seminario Internacional efectuado en Barcelona, 4,5 y6 de junio de 2002, Institut Catala de Cooperacio Iberoamericana, Institut D’ Estudis Territorials de Universitat Pompeu Fabra y la Pontificia Universidad Católica de Chile, pp.457-474.

 

[vii] Para obtener información sobre la base conceptual del Foro y su declaración final, ir a http://www.ledforumtorino2015.org/es/

[viii] El modelo general para el gobierno y desarrollo de la ciudad lo he tomado del especialista en desarrollo local, Alain Jordá. http://ciudadinnova.blogspot.com/search/label/El%20futuro%20de%20las%20ciudades

 

 

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